Asíndeton y polisíndeton
El asíndeton es una figura literaria que consiste en la omisión de las conjunciones de un texto con el fin de facilitar la viveza y dinamismo de aquello que se quiere expresar. En lugar de las conjunciones aparecen comas que cumplen la función de nexos, como en los siguientes versos de Lope de Vega:
Desmayarse, atreverse, estar furioso
Por su parte, el polisíndeton es la figura contraria al asíndeton, ya que se caracteriza por el uso desmedido de conjunciones con el objetivo de ralentizar y aportar mayor solemnidad al texto, tal y como hace Juan Ramón Jiménez:
Hay un palacio y un río y
un lago y un puente viejo,
y fuentes con musgo y hierba
alta y silencio... un silencio.
Antítesis o contraste
La antítesis o contraste es la oposición de una palabra o enunciado a otro cuyo significado es lo contrario (blanco - negro, amor - odio, vida - muerte), de manera que ambas ideas o conceptos quedan contrapuestos:
Los niños van por el sol
y las niñas por la luna.
En este texto de José Agustín Goytisolo podemos observar la antítesis entre "los niños" y "las niñas" así como entre las palabras "sol" y "luna".
Aliteración
La aliteración es la repetición de dos o más sonidos iguales o muy parecidos entre sí en varias palabras correlativas de un mismo enunciado, verso o estrofa. Seguramente hayas escuchado (y quizá tratado de decir en voz alta) este conocido trabalenguas:
Tres tristes tigres comían trigo en un trigal. Un tigre, dos tigres, tres tigres.
La dificultad del trabalenguas reside en la repetición excesiva de los sonidos "t" y "r" originada por este recurso estilístico.
Elipsis
La elipsis consiste en la omisión intencionada de un elemento lingüístico dentro de una oración o un discurso cuyo significado puede inferirse gracias al contexto. La elipsis aporta rapidez y energía al texto:
Por una mirada, un mundo;
por una sonrisa, un cielo;
por un beso... ¡yo no sé
qué te diera por un beso!
En esta famosa rima de Gustavo Adolfo Bécquer observamos cómo se elide el verbo en los tres primeros versos y, gracias al último podemos comprender cuál es el sentido de los anteriores.
Hipérbaton e hipérbole
El hipérbaton es la alteración del orden gramatical y lógico de los elementos que conforman la oración. Además de en textos literarios, esta figura literaria está muy presente en la publicidad y la prensa, así como en el lenguaje cotidiano, tal y como se observa en los siguientes ejemplos: A Dios gracias cuando lo esperable sería "Gracias a Dios" o Durmiendo está ya en lugar de "Está ya durmiendo".
Por su parte, la hipérbole consiste en exagerar de forma extrema la realidad para otorgar al texto mayor intensidad y efecto. Al igual que el hipérbaton, se trata de un recurso estilístico muy frecuente en el lenguaje oral. Seguramente hayas escuchado más de una vez las siguientes expresiones hiperbólicas: Tengo un hambre que me muero, Te lo he dicho un millón de veces o Te quiero hasta el infinito y más allá .
Metáfora
Es quizá una de las figuras literarias más recurrentes de todos los tiempos. La metáfora se basa en la identificación de un objeto con otro en virtud de la semejanza entre ambos. Es un mecanismo lingüístico complejo que parte de la comparación entre un término real y otro evocado o imaginario que tiene cierto parecido al primero. Tanto en literatura como en la lengua hablada utilizamos metáforas constantemente: El tiempo es oro, Los jóvenes son el futuro, Está en la flor de la vida o Navegar por Internet son frases habituales en nuestro día a día y tienen como base una metáfora.
Onomatopeya
La onomatopeya es la formación de una palabra a partir de la imitación del sonido al que designa, normalmente se trata de sonidos de la naturaleza (Glu, glu) o de los animales (Kikiriquí), aunque también existen muchas onomatopeyas basadas en ruidos artificiales como ¡Boom!, ¡Crash!, ¡Ring, ring! o Tic-tac.
Paradoja
La paradoja es la unión de dos ideas contrapuestas. En este sentido, se asemeja a la antítesis pero va más allá, ya que la paradoja aglutina en un mismo pensamiento ambas ideas contrarias para expresar un sentimiento profundo, como el que trasmite Santa Teresa de Jesús en los versos que siguen:
Vivo sin vivir en mí
y tan alta vida espero
que muero porque no muero.
Personificación o prosopopeya
Como su nombre indica, la personificación se basa en atribuir características humanas a seres animales o inanimados. Es un recurso estético muy empleado en las fábulas y leyendas, donde los protagonistas son animales que se comportan como si fuesen personas; hablan, piensan, mienten, razonan... etc.
Esta figura literaria se divide en tres subtipos:
- Animación: asigna cualidades animadas a seres inanimados: Solo se oirá la risa blanca de las estrellas / persiguiendo a las sombras por todos los caminos (León Felipe).
- Animalización: atribuye comportamientos irracionales a seres humanos (racionales): El asesino acechaba a su víctima como un buitre.
- Cosificación: aplicar características del mundo inanimado a seres vivos: Era un clérigo cerbatana, largo sólo en el talle, una cabeza pequeña, los ojos avecindados en el cogote, que parecía que miraba por cuévanos, tan hundidos y oscuros, que era un buen sitio el suyo para tienda de mercaderes (Francisco de Quevedo).
Reiteración o anáfora
La reiteración o anáfora es la repetición de palabras al comienzo de un verso u oraciones similares entre sí para resaltar una idea o pensamiento dentro del conjunto del discurso, como en el siguiente texto de Miguel Hernández:
Dale al aspa, molino
hasta nevar el trigo
dale a la piedra, agua
hasta ponerla mansa
dale al molino, aire
hasta lo inacabable
dale al aire, cabrero
hasta que silbe tierno.
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